De ociosa estaba la muerte,
buscando a quien atrapar,
y a Juegos y Sorteos vino a parar,
con González Salas de aliada,
seguro más chamba iba a encontrar.
A Dinamarca 84 la muerte arribó,
y con la Directora General un pacto firmó:
“Si alguno de esos 33 ves fuera del huacal,
llévatelo a dar un paseo que un buen susto le ha de faltar”.
Aún después del paseíto no faltó el gallito,
y con Marcela González regresó,
dizque muy santito.
Pero la máscara se le cayó cuando la muerte se apareció:
“Casinero mentiroso ¡Qué parte no entendiste!
que si quieres trabajar,
a la norma te haz de ajustar.
Y como la lección no aprendiste,
a Luis Maya te voy a mandar,
a que te clausure el changarro,
pa´ que aprendas a respetar”
A los caballistas les tocó,
y el pacto se amplió:
Mi querida calaquita,
a éstos también dales una vueltecita,
que si en orden no se ponen en vida,
a ver si el campo santo los inspira.
Desde entonces González Salas y la muerte se ven juntas caminar,
todas las noches acordando a que nuevo maloso se van a echar.